En este momento de desescalada progresiva en los distintos territorios en España y no siendo ajenos en nuestra Asociación a la difícil situación por la que pasa el planeta por culpa de este condenado virus, consideramos importante pararnos a reflexionar sobre lo vivido en los últimos meses y poner un punto y seguido en el devenir de nuestro día a día, porque si algo tenemos claro ahora es que hemos de adaptarnos a las nuevas circunstancias y aprender a convivir con esta amenaza permanente.
El pasado marzo se cumplieron 20 años desde que llegué por segunda vez a esta organización. En todo ese tiempo me ha dado lugar a conocer multitud de situaciones: magníficos e inolvidables momentos pero también grandes dificultades, algunas tan graves que estuvieron a punto de llevar a esta Asociación a la desaparición; pero nunca en todos estos años había pasado por un momento tan crítico como el que hemos padecido desde principios de abril.
Y si algo puedo decir alto y claro, es que tengo el absoluto convencimiento de que si ha habido algo que ha permitido que salgamos de esta difícil situación sin que hayamos sufrido ninguna baja por el camino, ha sido sin lugar a dudas el extraordinario grupo de profesionales que han estado día a día y minuto a minuto velando por la salud de nuestros queridos usuarios. En un momento en el que el aislamiento de estas personas ha sido un elemento impuesto pero necesario por los servicios sanitarios para salvaguardar así sus vidas y la de sus compañeros, en los que no han podido tener más contacto humano que las personas que los atendían, ellas y ellos se han convertido en la máxima garantía de bienestar y salud de las personas residentes de ASAS Inclusión Activa.
No puedo por tanto menos que sentirme tremendamente orgulloso de esta plantilla de trabajadores, que una vez más han demostrado que cuando la situación es crítica y está en juego nada más y nada menos que la vida de las personas, para ellos y ellas prima sobre todas las cosas la entrega a los demás, sobresaliendo este valor por encima de la posibilidad más que real de exponerse al propio contagio.
No quiero ni puedo olvidarme de nadie en este reconocimiento público, por eso no voy a dar nombres porque además sería injusto resaltar a nadie por encima de los demás; y es que todos/as, absolutamente todos/as, han estado cuando y donde se les ha pedido, incluidos los/las responsables de los dos centros, que han ido mucho más allá de lo posible y laboralmente exigible. He de mencionar aquí también a los profesionales de la Empresa SOLYMAN, que han estado codo con codo con nosotros ayudando a “salvar” esta situación, yendo muchísimo más allá de lo profesionalmente esperable.
Tampoco me quiero dejar atrás la solidaridad de muchísimas personas anónimas, que sin saber muchas veces ni de donde provenían ni quien nos lo enviaba, se han volcado con nosotros en todo tipo de donaciones de materiales para luchar contra esta temible enfermedad (pantallas protectoras, hidrogel, mascarillas de todo tipo, guantes, batas de buzo, salvaorejas, etc., etc.). Así como a nuestra Federación Plena Inclusión Andalucía y a la Agrupación provincial de Sevilla APROSE a través de sus respectivas Gerentes.
También he de hacer mención especial al Excelentísimo Ayuntamiento de Dos Hermanas, con su Alcalde a la cabeza, que no solo ha estado pendiente en todo momento de nuestra situación y necesidades, sino que además ha colaborado estrechamente con nosotros en la gestión de esta crisis aportándonos todos los medios a su disposición.
Al Servicio de Salud de Dos Hermanas y a los Médicos y Enfermeros que han estado cada uno de estos días visitando a los enfermos y marcándonos las pautas a seguir para la gestión de esta complicadísima situación, nuestro más sincero agradecimiento también para ellos.
Y por último a los familiares, a los de nuestros residentes que han sabido entender lo grave de la situación siguiendo al pie de la letra las indicaciones marcadas, y también a los de nuestros trabajadores, que les ha tocado esa labor silenciosa desde la distancia pero que nos ha sostenido anímica y moralmente en momentos de mucha incertidumbre y temor.
Dicho lo cual y pese a lo incierto de la situación, nos toca mirar al futuro con optimismo. Estamos ya pensando y deseando volver a dar la bienvenida a nuestros usuarios del Centro de Día Ocupacional, para los que sin duda toda esta situación tampoco está siendo nada fácil; y retomar proyectos e ideas de futuro para seguir creciendo como organización y prestando cada día un mayor y mejor servicio a las personas.
¡¡¡GRACIAS A TOD@S!!!
Antonio Martín Ramos